Era de la información o sociedad del conocimiento, así se habla de nuestra época en que el conocimiento dirige la vida de la sociedad en todos sus aspectos; a su vez el conocimiento universal se difunde por vías rápidas y accesibles. Los recursos necesarios son idiomas y computación. En ésta clase utilizaremos el blog para abrir mayores posibilidades de enseñanza y aprendizaje

Subdesarrollo

El término subdesarrollo es controvertido. La Real Academia de la Lengua lo define como el atraso de un país o región, que no habría alcanzado determinados niveles (socioeconómicos, culturales).1 Respecto al primer término, el consenso entre expertos y no expertos suele ser unánime, las discrepancias surgen cuando tratan de definirse los «determinados» niveles.

Una segunda aproximación podría ser: una de las etapas por las que atraviesan los países y las sociedades en su progreso, especialmente progreso en Estado del Bienestar y capacidad económica. Sin embargo esta idea de ser una “etapa” dentro de un proceso más largo cuenta con muchos detractores, quienes opinan que el subdesarrollo puede llegar a no superarse nunca por múltiples factores.

El subdesarrollo también está muy relacionado con la pobreza, llegándose a incluir como países subdesarrollados a aquellos donde un tanto por ciento determinado de su población vive bajo el nivel de la pobreza. Esta definición choca con el problema de medición por un lado (¿Cómo se calcula la riqueza de un pueblo? ¿A partir de dónde una persona está bajo el nivel de la pobreza?) y por el otro la duda de si el subdesarrollo es sólo una cuestión económica, razón por la cual los índices de desarrollo han ido cambiándose y ampliándose con el tiempo, como se verá más adelante.

La palabra subdesarrollo suele emplearse con mucha frecuencia a los países del Tercer Mundo, hasta el punto de convertirse casi en un sinónimo (los países subdesarrollados son los países del Tercer Mundo, y viceversa). Una de las pocas diferencias entre los dos es que el primero no suelen emplearlo las personas que teóricamente pertenece a él por ser, cada vez más, un término peyorativo; mientras que el segundo es más aceptado, pese a contar con múltiples detractores.

Generalmente la expresión hace referencia a países aunque también puede utilizarse para designar a determinadas zonas o regiones e, incluso, a formas de pensar o subsistir (“mentalidad subdesarrollada” por aquella que espera resolver sus problemas con ayuda exterior).

Lo que sí está logrando cierto consenso en los últimos años es en afirmar que el desarrollo no va unido ni desunido a la felicidad.2 Es decir, lograr mejor alimentación, viviendas sólidas, alfabetización, empleo digno... no tiene porque hacer a la gente más infeliz o menos.

La palabra «subdesarrollo» no es relativamente nueva. Nació tras la revoluciones industriales, especialmente la Segunda revolución, cuando se constataba que no todas las naciones lograban dotarse de un sector secundario; para seguir dependiendo de la agricultura, pesca y ganadería, principalmente.

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